si pudiera escribir
qué hermosos son tus ojos
y nombrar una a una
las gracias que hay en ti
el futuro diría:
este poeta miente
jamás en una isla
ha brotado algo así

william shakespeare, aprox
ayúdame a sellar
todas las puertas
de este viejo purgatorio
para arder en abrazos
y mirar cada llama
como el alquimista entorna
un infierno a lo lejos
sabiendo que ahí está
dorada, inalcanzable
y siempre presente
algún día de estos
saldré de casa
y visitaré la ciudad
no, amor
yo no te engaño
es mi mano, la diestra
posada sobre biblias
sobre textos sagrados
que jura por un mundo
de muertes renovadas
y por cuanto demonio
se derrama en la tierra
y así me escandaliza
embriaga tus axilas
de sombríos olores
y me empuja a soñar
día tras noche
en labios, lunas rojas
y tú
otro edén encarnado
sólo algunos apestados
saben apoyar la frente
en este muro
con cierta distinción
tus pequeños pies
siempre sucios
señalan viejas cumbres
donde hundir los tobillos
en el hielo más negro
y entre tanta tormenta
olvidé preguntarte
si tienes algún nombre
o si tienes cosquillas
¿tienes?
y buscar el daño
y amar
y sin embargo
así, con esa rabia
como si apuñalaras su cadáver
mi esposa es muy dulce
y mudita
se expresa por los codos
y guarda en su silencio
mucha más elocuencia
que un tratado de ternura