déjalo que muera
como se muere todo
sin reproches
sin odio ni rencor
de la forma más elegante
y más apacible
tu cuerpo
es la ausencia
el templo donde hablo
con esa imagen
que no eres tú
apartarse del mundo
o cómo suicidarse
de a poquitos
variaciones sobre natacha

arranqué de tu voz
todas las sombras
y ahora soy extranjero
en ti y en mí
y en esta quietud
tan desordenada
la paz
es
contigo
azul y azul y azul
y cuando vuelvas
más azul encendido
sobre cielos y brisas
y soles azulados
humeando guirnaldas
de -nunca olvides, niña
que el azul fue una excusa
a veces todos los miedos
brotan y salpican
ahí, donde nada había
un mar inesperado
soy como una salmona
remontando el río
para desovar
todo es preferible
a esta sucia tristeza
cada novela es una mujer
cada mujer es un mundo
cada mundo es una celda
cada celda es una grieta
cada grieta es una llaga
cada llaga es una novela
lo bueno de las excusas
es que siempre encuentras alguna
cuando la necesitas
te voy a hacer pulseras, ajorcas
y collares
y un montón de hippies
en pañales
el amor no es ciego
sólo ve otras cosas
nada como esa voz
tantea sombras y cielos
chasquea tu corazón

también las islas navegan
sin ningún destino
así el dolor
así el amor acaricia las olas
espero la belleza que escondes
espero el día
con ojos turbios
y esa mirada corta
de los criminales
llevo el miedo
como una medalla
oscura, sin brillo
entre los agrios días
qué fácil era creer
cuando creía
sácame de mí
acógeme
de qué sirve un amor
que se deshace en versos
y nadas
y tristezas
quédate ahí
cose tu muñeco de piel
poro a poro
y no olvides apagar la luz
cuando te vayas
grilletes, cerrojos, mentiras
y un tibio vacío
bebo de tu boca
palabras que me atraviesan
gotas de lava ardiente
y no hay orillas
ya no queda nada en mí
de mí
quiero darte un lecho
y un beso
y un rezo
quiero darte, y darme
para qué nos queremos
los días
las luces agrisadas
y otra efigie de ti